sábado, 25 de mayo de 2013

Nicolás de Staël






El pintor francés de origen ruso Nicolas de Stäel ha pasado a la posteridad por haber sido capaz de aunar figuración y abstracción en un momento en que ambos conceptos parecían irreconciliables
De. origen aristocrático, su familia se vio obligada a exiliarse en 1919 tras la Revolución rusa. Tras la muerte de sus padres, Nicolas de Staël y sus hermanas fueron criados desde 1922 por una familia de Bruselas, donde en 1933 comenzó sus estudios de decoración y diseño en la Académie Royale des Beaux-Arts, y de arquitectura en la Académie de Saint Gilles. Durante el verano de 1936 realizó un viaje a Marruecos, del que se conservan muy pocas obras, pero que, según las cartas que escribió, fue decisivo para encontrar el camino hacia un estilo propio. En 1937 conoció a Jeannine Guillou, que se convirtió en su compañera hasta la muerte de ésta, en 1946, y con ella viajó por Argelia e Italia
 
Fue. llamado a filas tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial, pero al ser desmovilizado en 1940, se reunió con Jeannine en Niza, donde coincidieron con un grupo de artistas entre los que se encontraban Sonia Delaunay, Alberto Magnelli y Henri Goetz. Su pintura, influida por estos contactos, tendió por primera vez a la abstracción. En 1944, ya de vuelta en París, la Galerie L’Esquisse expuso por primera vez su obra en solitario. A través de la galerista Jeanne Bucher, a la que había conocido antes de la guerra, entró en contacto con el pintor ruso André Lanskoy y le influyeron notablemente sus superficies texturadas de gran carga matérica.
 
A finales de la década de 1940, Stäel comenzó a consolidar su reputación y su mejorada situación económica le permitió trabajar en un estudio de mayores dimensiones. Como consecuencia, sus obras aumentaron de tamaño y paralelamente perdieron corporeidad, ganaron luminosidad y tranquilidad. En 1950 expuso por primera vez en Nueva York y en 1953 firmó un contrato de exclusividad con el galerista francés afincado en esta ciudad americana Paul Rosenberg
 
A. partir de 1953 Stäel orientó de nuevo su pintura hacia la figuración de carácter no realista. Realizó series de paisajes, de futbolistas, de bodegones y, aunque recibió algunas críticas, él nunca consideró abstracción y figuración como conceptos opuestos y defendió la posibilidad de que los fenómenos de la naturaleza fueran la base para sus obras. Durante los últimos años de su vida, Staël aceleró el ritmo de producción de obras. Aun así, la presión que sintió ante el aumento de demanda de sus pinturas parece haber sido la causa de su suicidio en 1955, en el mejor momento de su carrera artística

Museo Thyssen-Bornemisza




Este artista Nicolas de Stael se suicidó tirándose al vacio desde el balcón de su estudio  en Antibes-despues de haber abandonado a su mujer e hijos para empezar una nueva vida en el sur de Francia. Un hombre atormentado durante toda su vida...  he buscado algo sobre su historia personal y he encontrado en el

PAIS un artículo de  Barcelona 26 JUN 2007- que me parece muy bueno


Nicolas de Staël fue un hombre atormentado. Hizo de la pintura su patria y su familia, y cuando la presión creativa y intelectual se le hizo insoportable acabó con su vida. 
Nacido en 1914 en San Petersburgo, en el seno de una familia aristocrática fiel al zar, Nicolas de Staël tenía tres años cuando estalló la Revolución de Octubre. El exilio y el repentino fallecimiento de sus padres le marcaron de por vida. Fue adoptado con sus hermanas por una familia belga que le proporcionó un hogar culto y calido, pero se opuso a él desde la adolescencia rehusando seguir los pasos de su tutor en el campo de la ingeniería.
 
Su rebelión se concreta en 1934 con un viaje iniciático en bicicleta por España, en donde reencontró a los maestros del pasado que ya había admirado en Holanda, y con un periplo de más de un año por Marruecos. En tan sólo 13 años realiza más de 1.600 óleos y unos 1.500 dibujos, tiene dos mujeres, varios hijos y un amor imposible. Éste protagoniza una de sus últimas y más sobrecogedoras obras: Desnudo de Jeanne, un cuerpo hecho de luz, apenas esbozado, casi fantasmal, como si se resistiera a ser apresado por el lienzo. En la exposición le acompañan dos estudios de desnudos a carboncillo, casi a tamaño real, que realizó unos meses antes de su muerte: Jeanne no posó para ellos, son dibujos de ausencia. "Como si la mujer que imaginabas de pie ante ti sólo hubiera dejado al irse -para provocar constantemente tu imaginación- las sombras de lo que antes fuera su cuerpo", escribe John Berger, en una carta imaginaria dirigida al pintor.
La danza, de 1946, la obra que marca su consagración en el ámbito de la abstracción y continúa con las Composiciones, que se caracterizan por una paleta reducida, basada en grises y verdes, y una técnica original, que combina brocha y espátula. Pero su inquietud intelectual, que trasciende la simple dicotomía entre abstracción y figuración y le impulsa a establecer un diálogo continuo con la tradición, vuelve a dar un giro a su obra. Sus telas se vuelven más figurativas y regresan los paisajes y las naturalezas muertas, dos géneros prácticamente abandonados por la pintura de la época.

 
También su paleta cambia y los colores apagados de sus comienzo dejan paso a colores violentos y contradictorios: si antes sus cuadros se asemejaban a una sinfonía ahora son piezas de jazz. Es la época de los Futbolistas, pintados después de un histórico partido nocturno entre Francia y Suecia y también de los paisajes de Sicilia. Sus obras se venden bien y los marchantes le presionan cada vez más: la leyenda cuenta que en 1954 se vio obligado a pintar 280 obras.

 
Para olvidar sus tormentos personales, se encierra en la pintura, trabaja incansablemente en varios lienzos a la vez y en nuevas xilografías para los poemas de René Char, su gran amigo junto con Braque. A finales de 1954 se instala en Antibes, donde prepara una gran exposición para el Museo Grimaldi. De regreso de un concierto pide prestado el fuerte de la Punta del Cabo para representarlo en una gran tela: Le gran concert, que dejará inacabada el 16 de marzo de 1955 cuando, tras cerrar su estudio con llave, subió a la terraza que había encima del tejado y se lanzó al vacío.

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